Se trata de una buhardilla diáfana a la cual se la quiere dar un nuevo uso, destinado a que los peques de la casa tengan ahí su espacio tanto para dormir como para la hora de juegos o diversión. Eso sí, queriéndole dar a cada uno su intimidad y su espacio, para lo cual, se plantea la realización de dos particiones. En uno de los casos simplemente cerrando la parte superior y colocando una puerta corredera, mientras que, en el otro caso, teniendo en cuenta que la ventana de suelo a techo nos quedaba posicionada en el medio, se hace un diseño en forma de “L” con una estructura en madera y vidrio. De esta manera queda dividido el espacio y dejamos que la luz natural llene ambos espacios. Se proponen varias opciones, pero nos quedamos con la opción en madera, ya que da calidez al ambiente a la par que ser más apropiado para un espacio infantil.
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